Hay menos amor por la música (Urbanos)

En un principio todo era vocación y sentimiento en el movimiento urbano. Sin embargo, el éxito acompañado de vanidad provocó amnesia y creó enemistades irreconciliables dentro de los exponentes.

Vakeró, Lápiz Conciente, Mozart La Para y Arcángel La Maravilla protagonizaron la semana anterior un bochornoso espectáculo en las redes sociales al medir fuerzas para saber cuál de todos tenía más poder monetario.

Sin embargo, no ha sido la primera vez que se muestra ese “show” en el movimiento.

Muchos de ellos mismos alegan que lucen sus prendas para echarle en cara sus logros a la sociedad que les dio la espalda. Es cierto, ahora las pupilas de los empresarios, promotores y medios están puestas en los artistas del género. Pero el nacimiento de la música urbana fue producto de una causa noble y heroica.

El Hip Hop fue la herramienta utilizada por los marginados de la sociedad con el objetivo de combatir la exclusión y violación de los derechos humanos ejercidas por las clases más conservadoras.

Aquellos que se criaron en un barrio y no tuvieron las oportunidades que otros privilegiados recurrieron sin esperanza al refugio de improvisar entre callejones sus penas e infortunios.

Así nació el Hip Hop, luchando contra el racismo y la exclusión social.

Otras influencias de la calle fueron añadiéndose, tales como el reggae, dembow y reguetón. Dichos ritmos pudieron ser explotados comercialmente por empresarios, promotores y los DJ que entendían que esa modalidad movía a las masas que bailaban sin necesidad de una buena composición, contrario al Hip Hop, que sí tenía contenido lírico y poco sonido bailable.

Enseñar tarjetas de crédito, prendas y papeletas no suman valores a la sociedad, al contrario, ejerce presión social hacia aquel que no tiene dinero para comprar los lujos de su ídolo, en este caso, el cantante urbano.

Qué lindo sería remontarnos a la época en que el Hip Hop lanzaba consignas por reivindicaciones sociales.

Los que interpretan por amor se están yendo uno por uno, tal como el exponente dominicano, Dkano, quien se retiró por motivos personales y tiene un público que pide a gritos su regreso al movimiento.

También el rapero venezolano Canserbero, quien dejó un espacio insustituible a casi cinco meses de su muerte.

Fuente: Listindiario.com.do